





















































Playa Panchita
Playa La Panchita (playa). Playa del municipio Corralillo, se caracteriza por ser uno de los asentamientos de vacacionistas más visitados de la Provincia Villa Clara.
Localización
Ubicada en Latitud: 22 o 56’ Longitud: 80 o 25’. Costa Norte del municipio Corralillo
Historia
Ese espacio de costa siempre fue utilizado como playa por poseer una característica muy especial de tener las arenas naturales, algo muy llamativo a todo visitante por lo poco usual de este tipo de arena en estos tiempos.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX constituía toda una atracción para bañistas extranjeros residentes en la Isla, con el fin de disfrutar de sus aguas y la exótica vista.
En sus orillas se construyó un poblado de pescadores, además de múltiples casas de recreo que con el tiempo fueron desapareciendo destruídas por el paso de ciclones y huracanes, quedando solo ruinas, en el propio lugar surge este poblado hoy compuesto por habitantes permanentes y contando con cientos de casas de temporadistas, además se asienta alli la Cooperativa Pesquera [[PAMAR], una de las más rentables de su tipo en el país tanto en la captura de escama como de langostas.
Características
La playa, se diferencia de las otras existentes en nuestro municipio por mantenerce aun alli un asentamiento poblacional y por existir en la misma un asentamiento de temporadista muy numeroso, mientras en el resto de nuestras playas el alojamiento se cubre con las bases de campismo.
Es un sitio con un ambiente sosegado y familiar para quienes prefieren el contacto directo con la naturaleza, embellecida por nuestras lomas, palmas y árboles, característico de la floresta corralillense.
Aqui les dejo una historia que toca muy de cerca a nuestra querida playa pero que casi nadie conoce. Se trata de la vida del terrible pirata cubano Diego Grillo, el cual vivió sus últimos días en una finca cerca de la Playa Panchita.
(Tomado de "Los archivos de Sabaneque" de Pedro Suarez Tintin)
El farero de Bahía de Cádiz, en 1827, conoció a un viejo pescador, Don Onelio Valdés, en el área de la playa de Ganuza que fue su maestro el cual era un caballero muy culto que combinaba los buenos modales con el salvajismo de una pelea. Pero lo mas interesante es que el señor Don Onelio Valdés le confesó que él era el hijo de Don Francisco Valdés, tataranieto del temible pirata Diego Grillo que aún vivía en una finca cerca de La Panchita.
El viejo tenía 90 años y narró que, Diego Grillo convirtiéndose en persona respetable de la zona, cambió apellidos, árboles genealógicos y todo lo que pudiera atarlo al oscuro pasado de la piratería, pero temeroso de su pronta muerte lo contó todo a su hijo menor que a su vez se encargó que la cadena de confesiones continuara a lo largo de su descendencia familiar.
Diego Grillo tuvo 6 hijos con una cubana del sitio Hatogrande que más tarde se conoció como Ceja de Pablo; allí se retiró el temible pirata donde murió a los 82 años de edad sin que nadie pudiera identificarlo, pues además de su total transformación,un curioso acontecimiento vino a sumarse a su suerte final; resulta que a los 50 años ya el pirata se sentía cansado y con buena fortuna para disfrutar por lo que decidió retirarse tomando su puesto otro mulato que confundió por muchos años a los españoles los cuales pensaban que se trataba del mismo Diego Grillo y que incluso se hizo llamar Diego al igual que el viejo pirata. Don Onelio le contó con orgullo, como su antepasado disfrutaba desde la comodidad de su finca “las hazañas de su doble”; incluso desde Inglaterra donde viajaba a menudo con toda su familia a otra hacienda que poseía.
El menor de sus hijos, con una historia muy activa en 1640, fue el cabecera del árbol genealógico que llega hasta Don Onelio a partir del cual muy poco se conoce aunque se reconoce como tronco del 40 porciento de los Valdés de la zona de la Panchita y Sierra Morena.





