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Leyendas


"El Pirata Henry Morgan"


Henry Morgan: (Gales 1635 - Port Royal 1688. Desciende de una familia tradicionalmente militar. Con 19 años marcha en la expedición Wester Design y llega a Barbados en 1655, en 1660 pasa a Jamaica. Fue alumno bien entendido de Christopher Mings con quien participó en ataques a Santiago de Cuba y Campeche en 1663. En 1668 tuvo mucha actividad por el archipiélago cubano; a solo 10,5 millas náuticas al nordeste de la Playa “La Panchita”, Corralillo, se encuentra el Cayo “La Yana” de 4 kilómetros de extensión situado en parte dentro del Cayo Mosquito lugar que fue la residencia o Cuartel General del temerario pirata Henry Morgan desde donde planeaba sus zafarranchos de combate a los galeones de la corona que viajaban repletos de oro hacia el viejo mundo y cuya ruta obligatoria lo era el Canal de San Nicolás al norte de la cayería de Sagua la Grande.


Nunca sintió más temor el marino español que cuando pasaba por esta siniestra zona del norte de Las Villas y nunca pudo encontrar un corsario o pirata un sitio más ideal y estratégico que estas trampas o escondites naturales que presentaban estos cientos de islotes llenos de recovecos y canalizos muy difíciles de dibujar a plenitud en una carta náutica. La guardia española siempre le temió al Cayo La Yana y sus alrededores ya que Morgan tenía muy bien distribuidos a sus centinelas y se hacía muy difícil transitar esta zona sin perder la vida. Existe un viejo documento del Cabildo de Remedios donde se habla de una incursión que el propio Henry Morgan hizo a Sagua la Grande donde saqueó todas las crías de ganados que tenían los primeros pobladores madereros del “embarcadero”, nombre que se le daba a Sagua por aquellos tiempos. En este año de 1668 se destaca el asalto y toma de Puerto Príncipe donde devastó a toda la población y se llevó un jugoso botín, se recuerda su asesinato de indefensos colonos refugiados dentro de la iglesia.


En el libro de Bautismos de la Parroquia Mayor se lee: "Entró el enemigo inglés en esta villa y quemó los libros de bautismos hechos antes, el Jueves Santo al amanecer el 29 de marzo de 1668, y salió el primero de abril, mañana de la resurrección del Señor, que se ha servido librarnos de semejante desdicha. Francisco Galcerán".En Julio de 1668 ataca Portobello; Marzo de 1669 Maracaibo; en las navidades de 1670 la recuperación de Santa Catalina (Providencia); Enero de 1671, el asalto aPanamá. En Agosto de 1672 fue trasladado a Londres después de ser detenido pero sale libre y se le nombra Sir. En 1674 regresa a Jamaica como Teniente Gobernador hasta 1678. En 1681 es gobernador Interino por algunos meses. Hasta el 25 de Agosto de 1688, fecha que muere de hidropesía, vivía tranquilo en una plantación de Jamaica.
"El Crucifijo de Umoa"


En la finca Juanita de Nuñez (Corralillo) saliendo de la playa Umoa de Machado hay sepultados 5 toneles que contienen 800 arrobas de oro y un crucifijo de un metro de alto de oro macizo con un peso de poco más de 16 arrobas que se llevaba como trofeo religioso a la Reina Isabel. Este tesoro pirata se dice que está sepultado en un perímetro de media caballería en la arena. Algunos lo llaman “El tesoro de Quita-Sol”, ya que la clave del derrotero lo es la loma del mismo nombre. Existen datos posteriores a la antigua leyenda de que los toneles fueron encontrados por unos americanos durante la primera mitad del siglo XX, pero que el objeto más preciado, la cruz de oro, continúa siendo la gran pasión de los buscadores de oro.


"Diego Grillo"


Esta fascinante historia proviene de la rica tradición marina de la franja Corralillo –Rancho Veloz donde iban a descansar muchos lobos de mar incluyendo viejos piratas y bucaneros. La historia nos la narra un viejo profesor retirado de Rancho Veloz. Nos referimos al pirata cubano llamado Diego Grillo que en nada envidiaba en su crueldad a sus maestros el corsario Francis Drake y el despiadado Pata de Palo que tanto terror causaron en nuestras costas.
Esta tradición nos cuenta que el farero de Bahía de Cádiz, siendo muy joven en1827, conoció a un viejo pescador en el área de la playa de Ganuza que fue su inigualable maestro en las leyes y conducta marina como jamás pudo igualar después de sus experimentados años de acción y aventura. Su maestro era un caballero muy culto que combinaba los buenos modales con el salvajismo de una pelea. Pero lo interesante de este encuentro no eran las enseñanzas del maestro Don Onelio Valdés, sino la confesión final donde decidió este contarle a su discípulo que él era el hijo de Don Don Francisco Valdés, el tataranieto del temible pirata Diego Grillo que aún vivía en una finca cerca de La Panchita. El viejo tenía 90 años y conservaba toda la historia del legendario pirata contada por su padre, el bisnieto del pirata que nació en 1687, el cual narró que, convirtiéndose en persona respetable de la zona, Don Diego cambió apellidos, árboles genealógicos y todo lo que pudiera atarlo al oscuro pasado de la piratería, pero temeroso de su pronta muerte lo contó todo a su hijo menor que a su vez se encargó que la cadena de confesiones continuara a lo largo de su descendencia familiar.


Orgulloso de su valiente antepasado decidió finalmente pasar la verdad a su hijo Onelio quien se lo contó al farero (que nunca hemos averiguado su nombre).

 

Suponemos que el farero se lo haya contado a Don Pepe Beltrán pues ellos tuvieron contacto en 1867 y de él provienen todos esos cuentos de mar.


Diego Grillo tuvo 6 hijos con una cubana del sitio Hatogrande que más tarde se conoció como Ceja de Pablo; allí se retiró el temible pirata donde murió a los 82 años de edad sin que nadie pudiera identificarlo, pues además de su total transformación, un curioso acontecimiento vino a sumarse a su suerte final; resulta que a los 50 años ya el pirata se sentía cansado y con buena fortuna para disfrutar por lo que decidió retirarse tomando su puesto otro mulato que confundió por muchos años a los españoles los cuales pensaban que se trataba del mismo Diego Grillo y que incluso se hizo llamar Diego al igual que el viejo pirata. Don Onelio le contó con orgullo, como su antepasado disfrutaba desde la comodidad de su finca “las hazañas de su doble”.El menor de sus hijos, con una historia muy activa en 1640, fue el cabecera del árbol genealógico que llega hasta Don Onelio a partir del cual muy poco se conoce aunque se reconoce como tronco del 40 por ciento de los Valdés de la jurisdicción de finales del siglo XIX.


En la antigua jurisdicción de Sagua La Grande tenemos dos “huéspedes”, según leyenda, que decidieron dejar atrás sus tristes pasados de sangre, uno de ellos lo es el pirata cubano Diego Grillo y el otro lo es el legendario corsario francés Jean Laffite de cuya descendencia proviene la familia de nuestro actual coterráneo Rafael Rasco residente en Long Island pero que vivió muchos años de juventud en la Villa del Undoso desde donde se origina toda la trama de su fascinante libro: “de guacamaya a la sierra”, el cual recomendamos a los amantes de las leyendas.


No existe ninguna duda de que el norte deLas Villas constituyó un definitivo refugio o retiro para muchos “hermanos de la costa” ya cansados de sus aventuras oceánicas.


El Ayuntamiento en1879 y suprimido en 1902. Reconstruido luego en1910, era un Ayuntamiento de 3ra clase.

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