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La Iglesia catolica

Nació este ilustre prelado en Corralillo, Las Villas, el 11 de Diciembre de 1874, de humilde familia, honrada e interesante cristiana. Hizo sus primeros estudios en la escuela pública de su pueblo, ingresando en el seminario de San Carlos Ambrosio de la Habana en al año 1887.

Recibió la ordenación sacerdotal de Mons. Santander Obispo de la Habana el 25 de Diciembre de 1897.


A pesar de su juventud fue nombrado administrador de la casa de recogidas, Capellán de Coro, profesor de Latín y secretario del seminario de la Habana. Posteriormente, obtuvo el titulo de licenciado en teología en la universidad católica de Washington.


De regreso a Cuba fue nombrado secretario del obispado de la Habana y fiscal del tribunal eclesiástico, cargos a los que renunció para ejercer el Ministerio Pastoral, siendo cura Párroco de Santa Isabel de las Lajas, Cruces, Cienfuegos y Vicario Foráneo de Sagua la Grande, dejando en estos lugares imborrables estelas de bondad y celo apostólico.


En el año 1907 fue nombrado obispo de Pinar de Río. Fue consagrado en la Catedral de Cienfuegos y tomo posesión de su diócesis el 10 de Julio del mismo año. Su labor episcopal en Pinar del Río, hizo que, al ser elevada la diócesis de la Habana al rango de arquidiócesis, recayese en el nombramiento de primer arzobispo, continuando como administrador apostólico de Pinar del Río.


Fue un incansable restaurador de templos, construyendo numerosas iglesias, sobre todo en los campos. Organizó la obra de las misiones parroquiales. Impulsó la labor de catequesis. Sembró los cimientos de la futura acción católica.


Elocuente orador sagrado, predicaba continuamente, no limitando sus enseñanzas al pulpito sino siendo autor de numerosas cartas pastorales y obras de intrusión religiosas. Incremento las vacaciones sacerdotales nativas. Organizo brillantes peregrinaciones al cobre, propagando por todas partes la devoción y la virgen de la Caridad. Lo mismo en el ejercicio de su cargo episcopal como siendo simple sacerdote, fue un patriota ferviente. Nunca olvido sus deberes ciudadanos. Manifestó continuamente su profundo amor por la tierra que lo vio nacer. Su espíritus de poeta quedó plasmado en un tomo de hermosos versos: “Liras y estrofas”, escrito bajo el seudónimo de Lucas del Cigarral, del que se deduce su clara inspiración y el profundo conocimiento de nuestro idioma.


Después de su santa muerte acaecida el 2 de Enero de 1940, se supo que no dejaba otra herencia que los anillos y cruces, bien sencillos por cierto, de su dignidad, y que estos objetos por voluntad suya, junto con los muebles de su habitación pasaban al asilo de ancianos que había fundado en Pinar del Río, se hizo patente la sinceridad con que había vivido su lema episcopal: “La Caridad de Cristo nos Impulsa”. Las lagrimas que mas abundantemente se derramaron a la muerte de Monseñor Ruiz, fueron lo de los pobres y necesitados de Pinar del Río y de la Habana, que conocía también la generosidad del prelado. Sea su recuerdo un ejemplo imperecedero para la iglesia de Cuba hoy, mañana y siempre.

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